"Lo que quieren que aprendas de sexo" y "lo que podrÃas aprender de la sexualidad&quo
- Iris MartÃnez
- 8 ago 2018
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 12 ene 2020
No soy yo quién para decirte qué es lo que "deberÃas" o no saber sobre sexo o sobre sexualidad, aunque sà puedo decirte que todo lo que te contaron en el colegio o aprendiste de tus amigxs o el porno era sólo una pequeña, pequeñÃsima parte de lo que podrÃas haber aprendido. SÃ, en el colegio, siendo menor, cuando te contaban lo de la cigüeña, lo de la semilla, o lo de "el sexo sólo sirve para crear vida, y se hace metiendo un pene en una vagina".

Te suena simplista y burdo, ¿no? A mà también, pero no me lo pareció cuando era niña, creà en su palabra, porque tú eres pequeña y ellos saben más.
Sin embargo, cuando fui mayor, tardé años en aprender donde estaba la dichosa "pepitilla" o "botoncito", porque nadie nunca dijo en el colegio que existÃa un órgano llamado clÃtoris, aunque se empeñaron en que supiera cada órgano del cuerpo humano, este no debÃa ser importante... Tardé DEMASIADO en saber que un preservativo no podÃa utilizarse dos veces, aunque no se quitara del pene, porque podÃa romperse, y "afortunadamente" todo quedó en un susto. También tardé demasiado en entender que yo no tenÃa por qué tener relaciones si no lo deseaba, o que no tenÃa que aguantar que me humillaran en público o chantajearan, ni humillar yo al otro, que eso no era el amor, sino algo tóxico y peligroso, que "afortunadamente", de nuevo, no me atrapó. Tardé en aprender que una fantasÃa no era un deseo, y me atormentó durante años un pensamiento furtivo. Tardé en cuestionar el concepto de "fidelidad", lo que yo querÃa que fuera una pareja en contraposición con lo que debÃa ser y parecer.
Tardé, y me lamenté después de que nadie, nunca, me dijera todo aquello cuando era menor y estaba a tiempo de ahorrarme tantas cosas y tanto dolor.
Imaginad cuánto daño puede hacer el desconocimiento, el sentirse diferente, el no comprender qué está pasando en tu cuerpo y tu mente, y que los demás tampoco lo entiendan, pues saben igual o menos que tú. La información que se transmite cuando no se conoce es poca y distorsionada de la realidad, más dañino incluso.
¿Qué es lo que ocurre en los centros escolares hoy en dÃa?
Pues que se confunde la salud sexual con la educación sexual, y aun asÃ, reservamos esta información a dos horas de materia en la que puedes incidir muy levemente en los que es la salud sexual. Es decir, en lugar de dar una educación sexual de la sexualidad y los sexos, y todo lo que eso atañe (deseo, erótica, género, relaciones intra e interpersonales...) damos salud sexual (concepción y anticoncepción, menstruación, prevención de ITS, cuidados e higiene, etc.), que es una pequeña parte de la educación sexual, en dos horas, es decir, mal y rápido. Y nos vamos a casa contentos por al menos nos han dejado dar la charla, porque hay centros que ni eso.
Para que os hagáis una idea, datos de 2017 en colegios reales del sur de Madrid, 6º de primaria. Preguntas anónimas que nos hacÃan lxs alumnxs:
- ¿Cuál es una buena edad para tener relaciones?
- ¿Puedes quedarte embarazada si te toca un pene?
- ¿Es verdad que te puedes morir si te masturbas mucho?
- ¿Los tampones te hacen perder la virginidad?
- ¿Cómo se hace una paja una mujer si no tiene pene?
...Y un largo etcétera de preguntas que parecen las mismas que hace 20 años.
SÃ, lxs niñxs en 6º ya tienen preguntas de contenido sexual, porque ya escuchan cosas, tienen internet, tienen hermanxs mayores, y sacan conclusiones erróneas de una información que llega sesgada e incompleta. Y muchxs xadres dirán: bueno, pasa eso vais lxs sexólogxs, ¿no? Tened en cuenta que nos llegan como 20 preguntas mÃnimo de cada aula, tenemos dos horas para explicar sólo salud sexual (que se necesitarÃa mÃnimo una semana para que la información fuera completa y no dejara dudas al respecto), además que el contenido que nos dejan mencionar nunca está adaptado a su edad, siempre vamos por detrás de sus demandas porque seguimos intentando proteger a los niños del sexo (porque hablar de ello se supone que incita al sexo y hace a los niños hiperactivos sexuales). Imaginad los malabares que intentamos hacer para resolver sus dudas, contar además lo que venÃamos a decir y luego responder las dudas que vienen después de la explicación.
Por otro lado, hicimos una encuesta para saber si habÃan comprendido los conceptos y saber si disponÃan de apoyo en casa para responder las dudas que pudieran surgir más adelante. Conclusión: "He intentado hablar del tema con mis padres pero no quieren hablar conmigo de sexo".
Estas declaraciones son desoladoras, por no mencionar que cuando el niñx tiene preguntas y nos las plantea, ya vamos tarde porque seguro ha intentado encontrar las respuestas de forma más privada (internet, donde la información si no sabes cribar de manera crÃtica resulta aún más dañina...).
A dónde nos lleva esto:
Si no hablamos a nuestrxs hijxs de sexo, no dejamos que aprendan de fuentes fiables, no nos adaptamos a las demandas actuales, seguimos dando la misma información limitada y casposa... ¿Qué saben nuestrxs hijxs de sexualidad en un tiempo de cambio constante y acelerado? Lo mismo que nosotros hace 20 años. Como eso no corresponde a sus demandas, buscan información en internet, y encuentran pornografÃa misógina y teatralizada, opiniones de todo tipo (tanto de gente que sabe del tema, como del listo de turno que odia a la raza humana y se pone a decir barbaridades con la excusa del anonimato)... Vamos, que en lugar de ayudar, lÃa aun más la cosa si cabe. Y si añadimos eso a que la educación emocional y las interacciones cada vez son peores, bomba de relojerÃa para relaciones tóxicas, de maltrato, agresiones sexuales, disforias, baja autoestima, anorgasmia, deseo hipoactivo....¿sigo?
Y entonces, ¿qué podrÃas aprender de la sexualidad?
La educación sexual tiene mucho que ofrecernos como seres sexuados que somos, porque el hecho sexual humano está en todxs nosotrxs, y no podemos meterlo en un cajón hasta que tenemos nuestra primera polución nocturna.
- La educación sexual, cuando somos niñxs, nos enseña igualdad de género, respeto por lo diferente, comprensión del mundo que nos rodea, entendimiento de las emociones, empatÃa, autoestima... No necesariamente a través de la genitalidad.
- Cuando somo preadolescentes, nos enseña que los cambios que sentimos no deben asustarnos, y que no debemos crecer al mismo ritmo ni de la misma manera que los demás, que existen peculiaridades, que el sexo no es malo pero hay que saber qué implica y que significa, nos enseña a tomar nuestras propias decisiones pero con cabeza y responsabilidad, a tener voz y voto en nuestro cuerpo y saber decir que NO cuando queremos decirlo, sin miedo.
- Al entrar en la adolescencia, nos muestra el afecto, el camino hacia una relación sana e igualitaria en la que impera el diálogo y la empatÃa (ya trabajada desde la infancia, por lo tanto intrÃnseca en la forma de pensar adolescente), el respeto ya es un valor en nuestra escala al igual que la comprensión de las emociones negativas que he aprendido a gestionar y canalizar desde joven. Tengo una autoestima basada en el valor de quién soy y de cómo me diferencio de los demás, no en cómo quieren los demás que sea.
- Por lo tanto, al alcanzar la edad adulta, mis relaciones son sanas y de calidad, forjada en valores positivos conmigo y con los demás, no tengo miedo a expresarme ni a ser distinto porque encontraré respeto y entendimiento, no manifiesto dificultades emocionales ni sexuales porque he aprendido a encontrar mi propio deseo y potenciarlo.
Que alguien me explique cómo esto puede ser negativo para ningún ciudadano de este mundo.
Recursos:
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